Velázquez gozó de una gran libertad en su trabajo, sin duda por su puesto como pintor real, por lo que pudo efectuar más desnudos que cualquier otro artista español de su tiempo. Maguregui llevó consigo al goleador Baltazar, que en el Atlético se proclamó pichichi. Maguregui presentó su dimisión varias jornadas antes de la conclusión, debido al malestar que provocó entre los aficionados la confirmación de que entrenaría la temporada siguiente al Atlético de Madrid, precisamente el equipo contra el que el Celta estaba luchando por una plaza para la Copa de la UEFA.